Bradley nació a las 38 semanas por cesárea de emergencia debido a la pérdida del movimiento fetal. Poco después del nacimiento, fue llevado rápidamente a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (NICU, por sus siglas en inglés) para recibir apoyo con oxígeno y, luego, comenzó a tener convulsiones apneicas. Debido a la complejidad de su caso y a la incertidumbre de su diagnóstico, fue transferido a Nicklaus Children’s Hospital a través de LifeFlight.
Dentro de las 72 horas, Bradley fue inscrito en un estudio genético financiado por subvenciones y se le administraron medicamentos para ayudar a controlar su sobreproducción de insulina o hiperinsulinemia. Luego de varias pruebas, se confirmó que sufrió un daño difuso significativo en la sustancia blanca y se advirtió a sus padres que podría tener retrasos en el desarrollo y que las intervenciones tempranas serían agresivas. La alimentación y la deglución requirieron terapia y una sonda gástrica. Debido a los constantes análisis de sangre y glucosa, Bradley también se volvió anémico y se le realizaron dos transfusiones de sangre. Finalmente, después de 54 días, Bradley salió de la NICU y regresó a casa para comenzar un recorrido de sanación.
Desde entonces, se le retiró a Bradley la sonda gástrica y se continúa consultando a un equipo multidisciplinario de especialistas en Nicklaus Children’s Hospital para recibir tratamiento y atención continuos. Hoy en día, es un niño alegre y feliz con una sonrisa que contagia.
Ayude a pacientes como Bradley a recibir la atención continua que necesitan en Nicklaus Children’s Hospital. ¡Done hoy mismo!